El diario New York Times publica un reportaje sobre la corrupción del gobierno de Enrique Peña Nieto y los millones que gasta en publicidad para dorar la píldora y, los más ofendidos, ¡son los periódicos!
El Universal publica en su sitio web un ridículo comentario editorial bajo el título “La verdad no se vende” donde el diario de Juan Francisco Ealy Ortiz se da baños de pureza aseverando –sin vergüenza alguna- cosas como “El Universal no se vende, no tiene precio y nadie la puede comprar”.
Como si no supiéramos que sus páginas están a la disposición del mejor postor.
Por su parte Milenio asevera que no ha tenido el derecho de réplica (que ellos niegan a otros) por parte del diario neoyorkino. Están ofendidos por no poder dar a conocer “su verdad”.
Todos sabemos que uno de los grandes negocios para las publicaciones mexicanas es el presupuesto de publicidad oficial. Para estos es de suma importancia alcanzar una rebanada del enorme pastel de recursos que el gobierno destina cada año para publicidad oficial.
Muchos de estos autoproclamados “medios independientes” no pueden sobrevivir de otra forma y para sus dueños y directivos es una fuente de riqueza.
Es por ello que se dan por ofendidos cuando se les señala como los principales beneficiarios de la publicidad oficial.
Todos lo sabemos, pero ellos insisten en darse baños de pureza.